Ninguna mira, ninguna posa. Viven su momento, ocupan su espacio como un todo, sin cadenas ni ataduras. Es ese lugar atemporal que nosotras buscamos para ser, sentir, latir.
Libre de cadenas
Dos mujeres rodeadas del azul espiritual, declaran su amor maduro y sosegado tras sortear las negras piedras del camino. Mujeres fuertes que han roto sus cadenas, representadas por rosas. Adriana, etérea y soñadora, Ivania, la fortaleza y la cordura. Sus miradas no necesitan palabras. Sus corazones tienen alas para volar por encima de cualquier barrera. Colores del cielo en la tierra, igual que una iluminación persa. En este universo no hay lugar para los que buscan ensuciarlo, ni para los prisioneros de sus creencias, ni para la tristeza y la pena. En este universo solo el amor tiene cabida.
Los collares
Dos mujeres, hermanas, amigas, confidentes, que compartieron su fuerza y su alma para seguir sus caminos. Eva, que significa vida, acoge a su hermana dentro de su universo de dulzura y sensibilidad, de rosa y con elementos orientales. Su hermana mira hacia adelante, retando al futuro, acostumbrada a resistirse al placer de soñar. De rojo pasional, percibe ahora la magia del sueño cumplido.
A ella le gusta el azul
Este dibujo versa sobre la amistad atemporal. Ella con azul cielo y su amiga de rosa, bailan como si las dos fuesen una sola persona, bajo un cielo rojo estrellado, ante la inmensidad del mar. Son diferentes, pero sus valores son los mismos. Unidas por un hilo de plata imposible de cortar; solo la vida podrá.