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Montserrat

Montserrat
Montserrat

Una explosión de magia es este dibujo, pues mágico es el entorno de Montserrat y mágica es Montserrat aquí y allí donde esté.

En un cielo estrellado, con un naranjo al lado fruto del Mediterráneo y de jardines y paisajes mágicos por su olor a azahar y sus frutos dorados, símbolo de la felicidad, posan las dos hijas gemelas de Montserrat bajo su atenta y dichosa mirada. Las libélulas les enseñan a vivir el aquí y el ahora, que el pasado ya no existe y el futuro tampoco, solo existe el presente. Las tres van vestidas de fiesta con chales de lindos estampados y flores en el pelo.

Montserrat, mi catalana, amiga del alma, a tus hijas regalaste el amor, la valentía y la alegría.

La fiesta de la libertad

La fiesta de la libertad
La fiesta de la libertad

La protagonista de esta escena es una chica joven a la que toda la familia mira con ternura y orgullo. Es una sanadora, una mujer de alma libre y soñadora. Con sus dos flores azules, su labios «pintaos» y su chal rojo y negro, transmite su fuerza. Su sobrina la ama, su hermana vela por ella. Sus padres la apoyan en sus decisiones y la anhelan cuando no está. Las rosas vuelan a su alrededor y caen al suelo tiñéndolo de rojo: A mí me han enseñado a ser libre y a amarme, se dice ella.

El árbol que da la vida

El árbol que da vida
El árbol que da vida

En esta escena familiar, todos van de fiesta. Las mujeres con sus chales de flores y lunares, sus flores en el pelo, sus collares, y el padre con su chaqueta azul y su camisa blanca. La protagonista es una mujer embarazada, esperando su segundo bebé, que observa cómo el árbol que da la vida se extiende y rodea a todos sus seres queridos, su hermana, sus padres y su pequeña hija, la cual sostiene una amapola y mira fijamente al espectador. Quiere guardar para siempre esta escena de amor que se ido transmitiendo de generación en generación. Dulzura y ternura son en sí esta escena. El volver a ser madre. El volver a sentir la vida en ti.

De corazones y estrellas

De corazones y estrellas
De corazones y estrellas

Escena familiar llena de magia en la que los protagonistas son un matrimonio, acompañados de sus dos hijas y su nieta. Se puede apreciar cómo el color del cielo está en la tierra y el de la tierra en el cielo, lo que remarca la magia del dibujo. El abuelo, tostado por el Sol, amante del campo y la naturaleza recoge a su nieta y ambos se miran, se hacen cómplices en su universo.

Centra la escena su mujer, con su gato naranja y su ramillete de corazones que reparte. Es nuestra Reina de Corazones que cuida de sus seres queridos. Junto a ella un perro que simboliza la fidelidad, pues este matrimonio sigue enamorado, son fieles el uno al otro y si hubiese otra vida, volverían a unirse.

Corazones y estrellas para vosotros, feliz pareja.

La colcha de mi alma

La manta de mi alma
La colcha de mi alma

Sentada y pensativa esta mujer juega con trozos de tela que une con todo su amor para componer un gran mosaico de vívidos estampados con el que se abstrae de su cotidianeidad. La viveza de los colores de la colcha refleja su forma de ver la vida: alegría, luz, calidez, sol… En este escenario también hay un cesto con ovillos de lana de tonos tierra, una máquina de coser… y un lobo que merodea a su alrededor. Es curioso cómo en este mundo que ella teje el lobo se hace chiquitito ganando protagonismo las libélulas y las mariposas, símbolos del vivir el ahora y de la transformación del ser. Más arriba de la luna están las cadenas, inalcanzables… por ahora.

Gracias a tu universo de trozos de tela y ovillos de lana eres capaz de irradiar amor, dulzura y fidelidad. Te quiero, costurera mía.

Cuando la noche se convierte en día

Cuando la noche se convierte en día
Cuando la noche se convierte en día

En este dibujo se representa una mujer que ha superado la violencia de género. Su belleza es tan grande, su dulzura y su poderoso interior son tan deslumbrantes que hasta la noche se convierte en día con su sola presencia. En su mano un pavo real simboliza la integridad y la belleza que podemos lograr cuando mostramos nuestro verdadero interior, sin miedos. Es el tótem de la gloria, la espiritualidad y el despertar. Como siempre, las rosas volando a su alrededor simbolizan la ruptura de las cadenas del maltrato.

Mujer valiente e incorruptible, la noche se vuelve día con tu presencia. Gracias por tu logro.

Y de las cenizas resurgí

Y de las cenizas resurgí
Y de las cenizas resurgí

Pintura muy especial en la que, a diferencia de lo habitual, el protagonista es un hombre. Como el Ave Fénix, destrozada su alma y habiéndolo perdido todo en manos de la violencia y de la incomprensión social, resurge de sus propias cenizas de plata como su espíritu. Sucumbió a la violencia del entorno y al acoso laboral, la homofobia y la crueldad le llevaron a perderlo todo, menos su alma de plata. No obstante, como el poder que otorgan las lágrimas del Ave Fénix, apoyado en el amor de sus padres, retorna mágico y fabuloso, con más fuerza que nunca. Este hombre, lleno de amor, ayuda ahora a otros que sufren la violencia qué él vivió.

En el dibujo sus lágrimas de plata sobre las cenizas encienden las llamas que nos lo devuelve a la vida. En el cielo, ya siendo Ave Fénix, el polvo estelar le rodea y le acoge con su magia.

Una de indios

Una de indios

Una de indios

Los protagonistas de esta dibujo son una niña, un niño y su joven abuela. La escena capta un momento de sus habituales juegos, en este caso, jugando a «una de indios».

La nieta mira a su abuela con complicidad porque un hilo invisible las une, una relación especial entre mujeres. Un camisón y unos collares de su abuela son suficientes para sentirse una jefa india, totalmente conectada con la naturaleza. La abuela baila y se abandona integrándose totalmente en el juego infantil. El niño, aún muy pequeño, se siente feliz e integrado en la danza india a la que se unen perros, gatos y aves. Junto a la abuela un búho y una mariposa nos trasmiten la sabiduría alcanzada por toda la experiencia vivida y su transformación en un ser lleno de amor en todas sus dimensiones.

Corazones, farolillos y estrellas decoran esta escena cargada de amor a la naturaleza y conexión con la Madre Tierra, bases de la cultura india.

 

Madre

Madre
Madre

Cuadro donado por Mariayolé para su subasta online en la Primera Gala «Algo está pasando VIH» de la fundación Apoyo Positivo.

Su título es Madre, y como todos mis dibujos, cuentan una historia. Esta mujer melancólica y preocupada, de dulzura extrema, representa el sentimiento maternal, que no solo se limita a aquello que engendras, si no a aquello que amas, a esos niños y niñas con problemas a los que dedicas tu amor, esos con los que empatizas y de los que arrancas una sonrisa cuando parece imposible. Cuando este sentimiento preside tu espíritu, cultivas tu alma, la llenas de solidaridad y valentía para ayudar a otros a afrontar sus dificultades.

El almendro en flor, el árbol de corazones, la luz de la Primavera, todo eso eres tú, Madre.

La confianza

La confianza
La confianza

Este dibujo nos muestra una mujer libre de cadenas, una mujer que porta un corazón en su cuello y una inmensa flor en su pelo, sujeta por una tímida diadema. Los colores oscuros en los que ella se recrea no son más que una coraza que encierra toda su sensibilidad y ternura.

Junto a ella cuelga una llave: la llave de su confianza. Para amarse debe confiar en ella misma tal y como es y ser capaz de mostrar al mundo su maravilloso interior, lleno de luz y amor. ¡Cuánto daño hace aquél que juzga con ojos ciegos que no le permiten alcanzar en interior de las personas!

 

Mi naranjo

Mi naranjo
Mi naranjo

De la preciosa mujer protagonista de este dibujo se desprenden sus sueños, que son atrapados al vuelo por el mismísimo Ave Fénix con la intención de hacerlos realidad.

La mujer es una exquisita novia que, con su vestido de lentejuelas de plata y oro, porta en su mano unas flores sobre las que revolotean tres mariposas. El perro que la acompaña transmite la fidelidad a sí misma, a los demás y a sus ideales de la protagonista. Las dos plumas que envuelven al Ave Fénix son sus propias hijas que la acompañan allí donde va.

El naranjo que enmarca la escena evoca el matrimonio y la pureza. Frutal de gran atractivo por sus dorados frutos y verdes hojas, así como por su perfumada floración, asociado a la alegría y al sol brillante, es árbol frecuente en los jardines mediterráneos tan cercanos a la vida de la protagonista.

Novia del Ave Fénix, madre de las libélulas y las mariposas, de la transformación y del vivir el ahora, que esta nueva etapa en tu vida sea tan bella como tu naranjo.

El lugar de mis sueños

El lugar de mis sueños
El lugar de mis sueños

Dulce y duro dibujo en el que la protagonista es una niña sentada en mitad de sus sueños, acompañada de diversos animalillos que le muestran su amor y su apoyo. En este mundo onírico de color y belleza que ella ha creado, sus deseos cuelgan como preciosas guirnaldas formando una cortina mágica con la que alejar todo el daño que el lobo le provoca.

El azul espiritual prevalece en este dibujo. Ella, con su camisoncito de flores y la chaqueta de su madre, se siente segura en su pequeño universo. En la parte de arriba, en el cielo, hay una lucha. Su madre, representada por la mariposa, protege su refugio de los despiadados ataques del lobo.

En sus sueños no está su perro. El lobo se lo mató.