Sorprendente mujer caracterizada por su enorme humildad, puesto que calla sus virtudes y permite que los demás las descubran. La enmarca una planta muy especial que ella misma ha sembrado, una planta que simboliza el amor en todas sus dimensiones. Esta mujer siembra corazones en la tierra que pisan sus pies.
Sus manos son reflejo de vida y sabiduría. Son reflejo de avatares y trabajo. Las mantiene bajo su manto para no hacer alarde de su grandeza. De mantilla y peineta, reivindica sus orígenes. La libélula le dice: «fuerte y poderosa eres, chulapa mía».