Mujer de alma cultivada y alimentada por lo positivo, la bondad y la humildad. De espíritu libre, que deambula entre varios mundos, como la libélula lo hace entre el agua y la tierra. Hace mucho que sus ojos disfrutan del ahora. Colores azules y lilas, montañas que acogen un atardecer mientras la libélula susurra, con su mágico aleteo, el más profundo secreto de la felicidad: aceptar el ahora.