Una explosión de magia es este dibujo, pues mágico es el entorno de Montserrat y mágica es Montserrat aquí y allí donde esté.
En un cielo estrellado, con un naranjo al lado fruto del Mediterráneo y de jardines y paisajes mágicos por su olor a azahar y sus frutos dorados, símbolo de la felicidad, posan las dos hijas gemelas de Montserrat bajo su atenta y dichosa mirada. Las libélulas les enseñan a vivir el aquí y el ahora, que el pasado ya no existe y el futuro tampoco, solo existe el presente. Las tres van vestidas de fiesta con chales de lindos estampados y flores en el pelo.
Montserrat, mi catalana, amiga del alma, a tus hijas regalaste el amor, la valentía y la alegría.